WASHINGTON. El presidente de los EEUU, Barack Obama, llega hoy a Denver (Colorado) para promulgar su plan de estímulo económico de $787 000 millones, aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado, el fin de semana pasado.
Durante los próximos días, Obama se dedicará a promocionar su plan en Arizona, y paulatinamente dará a conocer los detalles del programa para resolver la crisis.
A pesar de que varios analistas económicos consideran que el plan no tendrá un efecto inmediato en la economía estadounidense, y que sus resultados se verán en 2010, la población se encuentra animada y confía en que su situación mejore, pues se prevé aumentar las inversiones en obras públicas, crear o salvar unos 3,5 millones de empleos, recortes de impuestos, nuevos programas de educación, salud, energías renovables e Internet.
El asesor presidencial David Axelrod dijo ayer, en la cadena Fox, que "los indicios de que el estímulo funciona serán obvios en cuanto empiecen los trabajos en infraestructura y otros programas en todo el país". También aclaró que "se necesitará más tiempo antes de que los efectos (del programa) se noten en las estadísticas del empleo. Es probable que la situación económica empeore antes de que empiece a mejorar", afirmó.
Sector automotor. Entre tanto, Obama descartó la designación de un "zar" para dirigir el rescate del sector del automóvil , y optará por la creación de una comisión especial.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el presidente del Consejo Económico Nacional, Lawrence Summers, encabezarán la nueva comisión, según una publicación del diario estadounidense The Wall Street Journal.
La decisión de Obama de renunciar a la idea de su antecesor, George W. Bush, de nombrar a un "zar del motor" para mediar entre el Gobierno, la industria automotriz, los sindicatos y las otras partes involucradas, se conoció la víspera de la presentación de las propuestas para la reestructuración de las empresas automotrices.
La Administración de Bush se comprometió con la concesión de créditos por unos $17 400 millones a dos de los tres grandes fabricantes estadounidenses de automóviles: GM y Chrysler.
Se cree que ambas empresas pedirán financiación extra para salvarse de la quiebra, en los planes empresariales que deben presentar hoy.
También se especula con que el tercero de los "grandes", Ford, pese a que no tiene que presentar ninguna propuesta, sí va a reclamar que los sindicatos le apliquen las mismas concesiones que acepten hacer a GM y Chrysler. (EFE-VET)
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