viernes, 13 de febrero de 2009

A medida que los países tratan de proteger sus economías de los efectos de la recesión mundial, corren el riesgo de ser acusado de proteccionismo.....

Cuando EE.UU. presidente electo Barack Obama navegó hacia la victoria en las elecciones presidenciales de noviembre EE.UU., fue la culminación de una larga campaña que fue grande en la retórica nacionalista. Con un empeoramiento de las perspectivas económicas y más de un millón de empleos perdidos en los Estados Unidos en 2008, Obama habló sobre la creación de "buenos empleos" para los trabajadores y recompensar a las empresas que creen puestos de trabajo en suelo americano.Para los votantes que culpó el aumento del desempleo y la disparidad de ingresos en la exportación de puestos de trabajo a un abaratamiento de los centros extraterritoriales y la afluencia de productos baratos fabricados en países de fuera de los EE.UU., se trata de una perspectiva atractiva.

El sitio web de la campaña presidencial prometió presión sobre la Organización Mundial del Comercio (OMC) para hacer cumplir los acuerdos comerciales y dejar de subsidiar injustamente de países exportadores y la aplicación de "no arancelarias" los obstáculos en las exportaciones de EE.UU. Se creó una percepción más amplia fuera de los Estados Unidos que, de ser elegido, Obama sería un presidente más proteccionista que su predecesor, George W. Bush.

"Obama realizó una campaña a veces con la nostalgia industrial, que la fabricación en EE.UU. sigue siendo el futuro de los EE.UU.", comenta Sean west, con sede en Washington, un analista de Eurasia Group, una política global de investigación y consultoría de riesgos empresa. Sin embargo, west cree que la realidad de una administración de Obama será muy diferente de la retórica, que coqueteó con las medidas proteccionistas en forma de una Ley Patriota empleadores que tratan de ofrecer créditos fiscales para las empresas que mantienen o aumentan la cantidad de tiempo completo los trabajadores en los Estados Unidos en relación con los fuera de los EE.UU. "Ese fue débilmente proteccionista", dice West.